Cientos de artesanos dan vida a diseños y formas peculiares en una pequeña granja enclavada al norte del estado de Nueva York. Allí es donde se encuentra el estudio de MacKenzie-Childs, que desde 1983 se ha dedicado a la creación de cerámicas y muebles diseñados para ambientar los espacios. Cada pieza, con un denominador común: hecha a mano de principio a fin, y esa individualidad, evidencia de la mano de cada artesano, es lo que brinda autenticidad a sus diseños.
La alegría y fantasía que ofrecen los acentos de esta prestigiosa firma, estarán dispuestas al público en Casa Alegre, que a través de su compromiso con la innovación, ha transformado la experiencia de compra para el hogar, albergando productos de excepcional calidad, que representan reconocidas marcas alrededor del mundo.
Inspirados por la belleza de los profundos lagos, las laderas floreadas y el aire claro que les rodea, los artesanos de MacKenzie-Childs imaginan y crean desde tapizados y vajillas hasta muebles y pequeños obsequios con estampados originales, concebidos para armonizar ambientes eclécticos y alejados de las huellas convencionales.
“Hace muchos años me enamoré de esta línea y de sus diseños tan mágicos y distintivos. Sus muebles, objetos de decoración, lámparas, alfombras, vajillas y accesorios aportan a los espacios un toque fresco y divertido”, expresa Marua Kury, propietaria de Casa Alegre, a lo cual agregó: “Creo que estos diseños encajan muy bien con las preferencias de los dominicanos, ya que sus colores estridentes y divertidos patrones, combinan perfecto con el trópico.”
En el negocio del diseño por más de 15 años, Casa Alegre siempre se ha esforzado por ofrecer las últimas tendencias en decoración. Y, para quienes buscan una experiencia más personalizada, su showroom es la casa de marcas líderes, recursos que hacen posible armar y combinar perfectamente cualquier espacio.