Noruega es el país con más islas del planeta con diferencia (alrededor de 240.000), pero ninguna está conectada como Averøya: una carretera que desde el aire parece una serpiente marina gigantesca la une al continente. Una proeza de la construcción que en 2005 fue votada por la propia nación escandinava como su mayor hazaña de la ingeniería en el siglo XX.
Consta únicamente de 8,3 kilómetros, pero cuenta con la friolera de ocho impresionantes puentes que van hilvanando una isla tras otra hasta llegar a la principal. Recibe el nombre de Atlanterhavsveien, o Atlantic Ocean Road, porque ofrece un encuentro directo y sin obstrucción con el Atlántico norte. Tiene cuatro estacionamientos panorámicos donde relajarse y dejar que la vista se pierda en la inmensidad durante el verano, pero es en el otoño, cuando las tormentas arrecian y el mar muestra su furia rompiendo por encima de las estructuras construidas por el hombre, cuando la carretera alcanza carácter mítico.
Es una carretera que evoca poderosas emociones y por ello la guía de viajes Lonely Planet la designó como el mejor sitio del mundo para superar una ruptura: Es el mejor lugar para ponderar por qué te dejaron tirado. Especialmente en otoño, la vista, el viento, las olas y el ruido de las gaviotas son la medicina perfecta, ya sea si estás en pleno momento de dolor o si ya te estás empezando a recuperar de la ruptura.
Su construcción también trajo muchos quebraderos de cabeza, ya que se empezó a planear en los años 70, pero no se vio viable hasta 1983, cuando el proyecto verdaderamente se puso en marcha. Y no se completó hasta seis años después, en 1989, porque durante ese tiempo a zona recibió el impacto de hasta una docena de esas inmisericordes supertormentas que golpean con cierta recurrencia el norte de Europa, y que amenazaron con mandar al traste todo el plan. El coste se elevó hasta 120 millones de coronas noruegas (unos 13 millones de euros), por lo que se cobraron altos peajes por atravesar la carretera hasta 1999, pero desde entonces es completamente gratis, ya que ha sido declarada bien de interés cultural.