Al igual que otros muchos deportistas alrededor del mundo, la karateca María Dimitrova llevaba meses entrenando en casa. En su país, en la República Dominicana, la situación creada por el COVID19 está lejos de control.
En esta larga carrera con meses sin enfrentarse a un rival, su objetivo final sigue siendo claro: los Juegos Olímpicos.
Cuando la pandemia detuvo todas las actividades deportivas, Dimitrova se estaba preparando para el torneo en el que tenía que asegurar su participación en el mayor evento deportivo del mundo. En el último ranking mundial, la atleta ocupaba la décima posición en la carrera por un cupo para Tokio 2020, algo que la mantenia optimista sobre sus posibilidades de estar en el debut Olímpico del karate.
Preparándose en casa
Dimitrova dice sentirse afortunada ya que en su deporte puede seguir entrenando en casa y no necesita de grandes instalaciones. De todas formas, echaba de menos entrenar con otras personas.
“El hecho que nuestro deporte sea finalmente Olímpico es un sueño para todos los karatecas. El karate es un deporte muy bonito y atractivo y se merece formar parte de unos Juegos”, opina.
De Sofía a Sousa
Dimitrova es desde hace muchos años la cara visible del karate en la República Dominicana, una auténtica pionera en este deporte en el Caribe.
La atleta nació en Sofía, en Bulgaria, donde empezó a los cuatro años a practicar karate en casa con su padre, quien era profesor de esta modalidad deportiva.
Cuando tenía seis años, su familia se mudó a la República Dominicana. Al llegar a Sousa, en la provincia de Puerto Plata, su padre abrió una escuela de karate y ella continuó aprendiendo con él.
El cambio más importante llegó cuando tenía 13 años y empezó a entrenar con un sensei que no era su progenitor. “Fue difícil, pero como todo en la vida, uno se adapta. Al principio me costó, pero busqué la forma de seguir adelante”, recuerda.
Los éxitos no tardaron en llegar. Primero en competiciones juveniles y luego en torneos internacionales.
Dimitrova se ha clasificada entre las mejores del mundo en Kata femenina desde 2005, cuando ganó la medalla de oro en el XVI Campeonato Panamericano de Karate Junior en Montevideo, en Uruguay. Ese mismo año, también ganó su primera medalla mundial en el WKF World Junior Karate Championship, en Chipre.
En 2006, la deportista comenzó a viajar a Japón para entrenar con Yukimitsu Hasegawa, siete veces campeón del mundo. Ese año, como resultado de su entrenamiento en el país nipón, ganó la medalla de oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2006 en Cartagena de Indias, en Colombia.
En la República Dominicana entrenaba 2 horas al día. Cuando fui a Japón, entrenaba 7 o 8 horas. Fue un cambio muy grande para mí y aprendí mucho.
“Me levantaba dolorida, no podía caminar, pero sentía una gran emoción por llegar a la escuela de karate y seguir entrenando. Tener esa oportunidad, entrenar con grandes maestros en Japón, fue lo que me abrió las puertas a nivel internacional. Gracias a esas enseñanzas, pude subir mi nivel técnico”, explica.
Gracias sus éxitos internacionales, Dimitrova ha contado con el apoyo de las principales instituciones deportivas de su país.
A lo largo de su trayectoria, la deportista ha recibido seis veces el premio de Atleta de Karate del Año por parte de la Federación Dominicana de Karate (FEDOKARATE), la Asociación de Escritores Deportivos (ACD) y el Comité Olímpico Dominicano (COD). Gracias a sus logros, es muy popular en su país donde se la considera un ejemplo positivo para los jóvenes.
De atleta a profesora
Además de ser una atleta de alto rendimiento, Dimitrova también es profesora de karate y empresaria. Tiene una Academia de Artes Marciales, para el aprendizaje de defensa personal, así como cinco escuelas de karate que responden al nombre de “Dimitrova Dojo” (una en Santo Domingo y las otras en la región Este del país).
“La verdad es que nunca me había planteado ser profesora. Pero un día mi sensei se tuvo que regresar a Japón y yo asumí la escuela. Cuando empecé a dar clases, me enamoré de la experiencia. Al ver el cambio en esos niños, al entrar y salir del dojo, vi que podía marcar una diferencia”.
En la actualidad, las escuelas de Dimitrova tienen más de 200 alumnos. El 98 % de los integrantes de la selección nacional infantil y juvenil de la República Dominicana han pasado por alguno de sus centros.
“Creo que este ha sido el mejor aporte que yo he hecho a mi país, más que las medallas internacionales. La formación de todos estos atletas, la masificación de mi deporte y la preparación de la próxima generación de karatecas. Estoy muy orgullosa”.
Otro proyecto mucho más reciente es su fundación. A través de esta apadrina a niñas de escasos recursos en la práctica del karate.
“Vi que había niñas de pocos recursos económicos que no se podían pagar la membresía y creamos la fundación para ayudarlas. Una vez que empecé las clases, me di cuenta que había muchas niñas que habían sufrido abusos y me chocó mucho. Con la fundación, las ayudamos a través del deporte. Es increíble ver cómo cambian y cómo ganan autoestima”, apunta.
Será para una próxima olimpiada
Ahora que la múltiple medallista y reina de la kata está en período de embarazo, no significa que dirá adiós a esta modalidad del karate en la que tantos lauros ha conseguido para ella y la República Dominicana.
María Dimitrova anunció recientemente que está en fase de gestación de su primer hijo, el cual espera junto a su pareja el exvallista, Félix Sánchez.
La atleta estaba en lista para asistir al preolímpico de karate, pero ya se da por descontado. “Eso limita su participación en el clasificatorio olímpico y por consiguiente no es posible que tengamos a María en los Juegos Olímpicos”, dijo el presidente de la Federación Dominicana de Karate, José Luis Ramírez.
Las Olimpíadas tienen por fecha desde el 23 de julio al 8 de agosto de este año.