“Titane”, de la francesa Julia Ducournau, la película más arriesgada y polémica de la 74 edición del Festival de Cannes, recibió hoy la Palma de Oro en una gala de clausura tan extraña como lo ha sido todo el certamen, en la que el presidente del jurado, Spike Lee, anunció el premio antes de tiempo.
Ducournau se convierte así en la segunda mujer en conseguir la Palma de Oro de Cannes tras Jane Campion, que lo logró en 1993 por “The Piano”. Y lo hace con una película desgarrada, violenta, provocadora y, pese a lo que pueda parecer, sensible.
En declaraciones a Efe, el delegado general del festival, Thierry Frémaux, calificó de “muy importante” que la Palma de Oro haya sido para una mujer. “Es la señal de algo muy importante, que es el futuro”, agregó.
En su discurso de agradecimiento, Ducournau expresó unas palabras que han resonado ante la realidad actual de la mujer en el mundo de la cinematografía: “Creo y espro que el premio de hoy sólo valga para mi película. Es decir, espero sinceramente que no tenga nada que ver con mi género porque considero que ni como cineasta ni como persona mi género me define. No soy sólo mi género. No, no lo pienso. Soy la segunda mujer en recibir este premio. He pensado mucho esta noche en Jane Campion. Me he preguntado mucho qué debió pensar en este momento al ser la primera. Y debo decir que el hecho de ser la segunda me sugiere que forma parte de un movimiento en marcha. Soy la segunda por lo que habrá una tercera, una cuarta, una quinta”.
Es el segundo largometraje de la realizadora tras “Grave” y en ambas películas ha mostrado un cine visceral y trasgresor, atravesado de “monstruosidad” en opinión de algunos, como dijo Ducournau al recoger el galardón, entre lágrimas y acompañada por los protagonistas, Agathe Rousselle y Vincent Lindon.
Una monstruosidad “que da miedo a algunos y que atraviesa mi trabajo, y que es un arma para forzar los muros de lo normativo”, afirmó la realizadora.
Ducournau recibió la Palma de Oro de manos de Sharon Stone al final de la gala, aunque sabía que era la ganadora desde un buen rato antes, cuando Spike Lee desveló el título ganador, antes de cualquier otro premio.
Lee se disculpó por el error y casi estuvo a punto de volver a equivocarse y de anunciar él, ya oficialmente, la Palma de Oro, en lugar de Stone.
En la rueda de prensa posterior, Lee aseguró que hubieran dado veinticuatro premios, uno por cada película que participaba en competición, lo que no era posible.
Pero sí dieron más de los esperados porque en el palmarés hay dos ex aequos, uno de ellos el segundo galardón en importancia del festival, el Gran Premio del Jurado.
Fue para “A hero”, de Asghar Farhadi, un filme tan solido como suelen ser los del director iraní, con sutil denuncia social incluida, y para “Hytti nro 6” (“Compartment nº6”), del finlandés Juho Kuosmanen.
“Desde hace 36 años lo único que hago es hacer cine, pese a todos los problemas y a todas las presiones”, afirmó Farhadi al recoger su premio. Y agregó que, pese a todas esas dificultades, espera que con su cine pueda ayudar a mejorar las cosas y a “salvar” a su país mediante el despertar de las conciencias.
Farhadi y Kuosmanen protagonizaron una emotiva escena sobre el escenario del Gran Teatro Lumiére, cuando se abrazaron con fuerza después de que el realizador finlandés reconociera ser un admirador del iraní.
El premio a Kuosmanen fue una pequeña sorpresa como pequeña joya es su filme, la historia de un viaje en tren en los años ochenta en Rusia y de una amistad por encima de los prejuicios.
El japonés Rysuke Hamaguchi, cuya “Drive my car” era una de las favoritas para la Palma de Oro, se tuvo que conformar con el premio a mejor guion, por adaptar con estilo un relato de Haruki Murakami.
Mientras que el loco musical “Annette”, de Leos Carax, protagonizado por Adam Driver y Marion Cotillard, que fue el encargado de abrir el festival y que recibió muy buenas críticas, recibió el Premio a Mejor Dirección.
El Premio del Jurado, fue otro ex aequo, para “Ahed’s knee”, una historia política del israelí Nadav Lapid, y para “Memoria”, del tailandés Apichatpong Weerasethakul, una producción rodada en Colombia con Tilda Swinton hablando en español.
“Pienso en mis conciudadanos que no están en condiciones de viajar. Muchos han sufrido la pandemia, que no siempre se ha gestionado bien. Los recursos no siempre han estado accesibles. Pido al Gobierno tailandés, al colombiano y a los de países en situaciones similares que se despierten y actúen en favor de su pueblo”, dijo el tailandés al recoger su premio.
En cuanto a los reconocimientos de interpretación, el jurado -del que también formaban parte Maggie Gyllenhaal, Kleber Mendonça Filho o Mélanie Laurent- eligió dos grandes actuaciones.
En el apartado femenino la ganadora fue la noruega Renate Reinsve por “The worst person in the world”, de Joachim Trier. Un papel divertido, dramático, profundo y ligero en una película que es un retrato de las relaciones de amor contemporáneas.
Y el Premio a Mejor Actor fue para el estadounidense Caleb Landry Jones por “Nitram”, de Justin Kurzel. Un trabajo que llegó en la última jornada del festival y que sorprendió por su intensidad y su ajustado retrato de un violento desequilibrado.
Fuera de palmarés se quedaron títulos como “Les Olympiades”, de Jacques Audiard, o “Les intranquilles”, de Joaquin Lafosse, que habían sido muy bien recibidos.
Un palmarés que cierra una extraña edición de Cannes, marcada por el miedo a la covid y por la ausencia de grandes estrellas hollywoodienses.