Zuckerberg quiere romper la pantalla y meter al usuario dentro de Internet antes de que termine década. Sin embargo, las grandes empresas tecnológicas se están encontrando con que hay un reducido número de compañías y profesionales con formación en Realidad Virtual y Realidad Aumentada. La guerra del metaverso ya ha empezado
El pasado 28 de octubre, cuando Mark Zuckerberg mostró su visión de un nuevo mundo digital, en el que podríamos trabajar, quedar con amigos o ir de compras mediante el uso de dispositivos de Realidad Virtual o Realidad Aumentada, la industria tecnológica al completo notó el efecto de la sacudida. La palabra ‘metaverso’, que hasta entonces sonaba, quizá, más a ciencia ficción que a realidad, comenzó a tomar cuerpo. Y ahora todas las grandes empresas quieren su parte de un pastel que, llegado el momento, a finales de década, podría alcanzar los cientos de miles de millones de euros. ¿El problema? No hay profesionales cualificados suficientes para llevar a cabo la misión, y eso está provocando que las ‘big tech’ se enfrenten entre ellas para captar talento. Así lo demuestra los recientes movimientos de compañías como Apple, Meta (anteriormente conocida como Facebook) y Microsoft, que andan pescando talento las unas en las otras.
«Lo que ha ocurrido en los últimos tres meses es una locura. Desde el anuncio de Meta estamos asistiendo a una auténtica salvajada de llamadas de empresas muy gordas», explica en conversación con ABC Edgar Martín-Blas, director ejecutivo de la empresa española Virtual Voyagers. La compañía, una de las pocas que hay en nuestro país y están enfocada en la creación de entornos virtuales, ya sabe lo que es trabajar para Meta en la creación del metaverso. En concreto, fue la encargada, junto a la californiana Supersphere, de desarrollar la plataforma para conciertos para la herramienta de eventos de Realidad Virtual de Facebook Venues.
Los movimientos que Meta está realizando para conquistar el metaverso no comenzaron el pasado mes de octubre. La empresa, por el contrario, lleva tiempo madurando el plan. Algo que se dejó ver ya en 2014, cuando compró al fabricante de gafas VR Oculus por 2.000 millones de dólares. «Era un sector que partía de cero, no había ningún antecedente. Los pocos que nos hemos quedado dentro somos, a lo mejor, unas 50 empresas en todo el mundo con capacidad de crear proyectos grandes», apunta Martín-Blas. El director ejecutivo apunta que, ahora mismo, «el oro no es tanto la ‘startup’ que tiene un producto, sino el conocimiento que tienes para crear en el metaverso. Esto empieza de cero, es un mundo nuevo con nuevas reglas».
Martín-Blas hace hincapié en que, si hay pocas empresas en el mundo capacitadas para hacer lo que quieren Meta y otras grandes tecnológicas que compiten por ser pioneras en el metaverso -como Google, Microsoft y, más pronto que tarde Apple- profesionales con la formación necesaria todavía menos. Esto está provocando que, actualmente, las compañías de Silicon Valley estén intentado robarse talento las unas a las otras. Según informaba ‘ The Wall Street Journal’ hace unos días, en los últimos meses 100 trabajadores han abandonado Microsoft para pegar el salto a otras compañías. Al menos 40 lo habrían hecho para pasar a formar parte de Meta. Por su parte, Apple, firma que se espera que presente su primer visor de Realidad Mixta en los próximos meses, ha estado pescando en el caladero de Facebook. Además, para evitar la espantada de algunos de sus mejores empleados, la compañía de la manzana ha creado un bonús que alcanza los 180.000 dólares, de acuerdo con información de ‘ Bloomberg’.
«En Silicon Valley ahora mismo están en guerra. Hace poco hablando con el vicepresidente de MagicLeap, una empresa especializada en Realidad Mixta, nos explicaba que había llegado Apple y se había llevado al 30% de la plantilla a golpe de billetera», apunta el director ejecutivo de Virtual Voyagers. «Las grandes empresas no solo buscan un perfil, el metaverso toca muchas cosas. Desde computación hasta 3D, óptica, 5G o cloud. A nosotros en las últimas semanas también han venido a intentar comprarnos en varias ocasiones. Al final, eres una compañía grande, no conoces el mundo y no encuentras trabajadores, y es lo que te resulta más sencillo», prosigue.