Santo Domingo RD.- La talentosa artista japonesa Yayoi Kusama, conocida por su estilo vanguardista, es tendencia ya que Louis Vuitton la invitó a un nuevo encuentro creativo.
En este sentido la prestigiosa artista japonesa de 93 años, tendrá una colección que se hará referencia a la anterior, con el objetivo de reavivar, evolucionar y ampliar los conceptos. La artista sigue siendo un gran foco de atención en el mundo del arte y de la moda. Se han podido adelantar algunas piezas de esta colaboración en la colección Cruise 2023.
Y es que para muchos Kusama es fiel a su estilo emblemático a lo largo de los años, ya que aplica sus motivos sin límites, invadiendo el espacio por completo. Desde sus modestos inicios en 1929 en Matsumoto, Japón, Kusama transformó su propia vida de forma mágica y decidida.
La artista que ha dado un vistazo al infinito a través de su arte y, después de lo que parecía ser un hiato para el mundo exterior, cuando regresó a Japón en los años 70, ha resurgido probablemente como la artista global preeminente del siglo XXI y, ciertamente, la artista femenina viva más exitosa.
Es de recordar que la última vez que Louis Vuitton se encontró con la magia de Yayoi Kusama fue en 2012. Sin embargo, esta relación nunca terminó – 10 años después, evolucionó y se expandió a través de conversaciones que continuaron y se extendieron. Louis Vuitton tiene una gran historia de colaboraciones con artistas, la cual se remonta hasta hace casi un siglo, cuando el esteta familiar, también nieto del fundador que llevaba su mismo nombre, Gaston-Louis Vuitton, comenzó a encargar a algunos artistas la decoración de escaparates de las tiendas y obras para las mismas.
Este ímpetu ha viajado a través del tiempo y ha tenido aún más resonancia en la época contemporánea; desde 1988, la Maison ha invitado a algunos de los nombres más importantes dentro del arte y el diseño a colaborar, incluyendo a Sol LeWitt, Richard Prince, Takashi Murakami y Jeff Koons, entre otros. Aquí, los objetos emblemáticos, motivos e imaginaciones del infinito de Kusama se apoderan de la Maison y de todas las categorías de sus productos: desde bolsas hasta ropa para hombre; de ropa para mujer a gafas para el sol; de perfumes a zapatos y accesorios. Sucesivamente, hay una evolución de algunas de las piezas emblemáticas de Louis Vuitton, haciéndolas parte de su mundo y del mundo transformador de Kusama en igual medida.
En línea con las colaboraciones artísticas de Louis Vuitton en el pasado, el encuentro entre la Maison y Yayoi Kusama se basa en la sinceridad, en la iconoclastia y, sobre todo, en un mutuo aprecio por la artesanía y la excelencia por encima de lo ordinario. En Louis Vuitton, cuando se trata de magia en la creación de objetos, todo es posible.
Probablemente es más adecuado que esta encarnación del intercambio creativo entre Louis Vuitton y Yayoi Kusama inicie donde se dejó la conversación del 2012, con un regalo. Un regalo que reúne sus dos mundos por completo. En 2012, Yayoi Kusama tomó uno de los objetos emblemáticos más atemporales y mágicos de la Maison y lo hizo suyo – pintó a mano un baúl Louis Vuitton con sus característicos polka dots, lunares que, para Kusama, representan el infinito.
Una réplica idéntica de estos lunares, una verdadera representación de la mano de Kusama, una de las muchas cosas dentro del proyecto, la que ha retado y ha hecho avanzar al savoir-faire de la Maison. Cada encarnación de los lunares ha sido presidida por Kusama personalmente – al igual que los muchos y diferentes objetos dentro del proyecto – han sido movidos con precisión milimétrica, las pinceladas haciendo eco en un máximo detalle, con su textura y peso intactos. Es en esta búsqueda del infinito a través de la artesanía en la que tanto Louis Vuitton como Yayoi Kusama se unen definitivamente.