Santo Domingo RD.- Winnie the Pooh es conocido como un osito tierno, pero acaba de recibir un cambio de imagen aterrador como el villano que empuña un cuchillo en una nueva película de terror empapada de miel… y sangre.
La impactante reinvención del personaje de Pooh tuvo su estreno mundial en enero en México, donde ha recaudado casi un millón de dólares en dos semanas, y algunos analistas de la industria apuntan a que podría romper récords de taquilla.
Pero el filme, que se exhibirá en cines de Estados Unidos próximamente y tiene fecha de lanzamiento en Argentina el 2 de marzo, ya ha provocado amenazas de muerte de fanáticos enfurecidos y podría poner a prueba los límites de la ley de propiedad intelectual.
Si bien las aventuras de Pooh y sus amigos Piglet, Ígor y Tigger en la pantalla grande han sido autorizadas bajo licencia a Disney por décadas, los derechos de autor de los primeros libros de A.A. Milne vencieron recientemente y el pequeño estudio independiente británico Frake-Waterfield aprovechó la oportunidad.
Las primeras imágenes de “Miel y sangre”, en las que Pooh y Piglet, siniestros y de tamaño humano, se cernían amenazadores detrás de una mujer joven que se relajaba en un jacuzzi, rápidamente se volvieron virales el año pasado.
Ahora, la película con actores de carne y hueso, realizada con un presupuesto de menos de 250.000 dólares, apuesta a un gran despliegue mundial.
Según la ley estadounidense, los derechos de autor expiran 95 años después de la primera publicación de una obra.
El primer libro de “Winnie the Pooh” salió en 1926. Solo esta versión es de dominio público. No así los rasgos distintivos que se agregaron a Pooh en libros posteriores o películas de Disney, como su camisa roja o su afición por el juego Poohsticks, o personajes como Tiger, el amigo de Pooh.
Más allá del copyright, que impide la copia sin licencia de una obra creativa pero está limitado en el tiempo, el largometraje pasa por encima de la ley de marcas.
La licencia que ostenta Disney, renovable indefinidamente, prohíbe lanzar un producto relacionado con Winnie y que pueda confundirse con el original.
Sin embargo, en este caso, el absurdo de un Pooh como protagonista de una película de terror ayuda a los productores del filme.
“No se puede sugerir que de alguna manera esté patrocinado, afiliado o asociado con Disney”, dijo el abogado de derechos de autor Aaron J. Moss.