La destacada chef dominicana María Marte fue nombrada «Embajadora Iberoamericana de la Cultura» por la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), celebrando su trayectoria profesional desarrollada en República Dominicana y España, así como por su apoyo a proyectos sociales.
Esta denominación fue entregada por Rebeca Grynspan, secretaria general iberoamericana, reconociendo la trayectoria de Marte, así como su iniciativa en proyectos sociales, en una ceremonia realizada en la ciudad de Santo Domingo
María Marte es la tercera embajadora iberoamericana de la cultura y se suma al cantautor uruguayo Jorge Drexler, reconocido en 2016, y al cantante, percusionista y productor musical brasileño Carlinhos Brown, nombrado en 2018. Con estas designaciones, la SEGIB reconoce el trabajo de personalidades del ámbito de la cultura, la educación, la ciencia y la cooperación que representan los valores y la diversidad de Iberoamérica.
República Dominicana funcionará como sede de la próxima Cumbre Iberoamericana De Jefes de Estado y de Gobierno en el año 2022, que tendrá por lema «Juntos por una Iberoamérica justa y sostenible».
Sobre María Marte:
Nació en Jarabacoa, República Dominicana. Marte inició su carrera en el mundo culinario en 2003, como limpiadora en el restaurante El Club Allard, de Madrid, en el que ascendió hasta situarse como cocinera en jefe, manteniendo la excelencia y las dos estrellas Michelin del establecimiento.
Marte obtuvo en 2014 el Premio Nacional de Gastronomía al mejor jefe de cocina, otorgado por la Real Academia de Gastronomía de España y la Cofradía de la Buena Mesa.
En 2017, siendo chef ejecutiva de El Club Allard, recibió el prestigioso Premio Internacional Eckart Witzigmann en la categoría de Innovación.
Un año más tarde, regresó a su país de origen para poner en marcha un proyecto de integración social en su ciudad natal, por medio del cual forma a jóvenes de bajos recursos en la gastronomía y la hostelería.
También desarrolla un programa para salvar de la extinción plantas comestibles autóctonas, en especial algunas que eran consumidas por los indios taínos y que han dejado huella en la gastronomía dominicana.