Uno de los personajes más exitosos y entrañables del cine es James Bond, el elegante hombre que tiene como profesión la de agente encubierto del Servicio Secreto de Inteligencia británico con “licencia para matar”. El agente 007 como personaje de ficción, fue creado por el periodista y novelista inglés Ian Fleming en 1953, aunque parece que la inspiración para crearlo llegó desde el otro lado del mundo: República Dominicana.
Hablamos de Porfirio Rubirosa Ariza, el hombre dominicano que nació en 1909 en Bosque de Bolonia y que, según el historiador Daniel J. Voelker, es el modelo que el escritor inglés tomó para crear a James Bond.
Porfirio tenía una gama de cualidades que lo hicieron sobre salir de la media de sus connacionales: diplomático, piloto de carreras, militar, jugador de polo dominicano y un conquistador de mujeres. También se le señala de ser, supuestamente, responsable de varios asesinatos por causas políticas dentro de la dictadura de su suegro Rafael Leónidas Trujillo.
En República Dominicana, Porfirio era conocido como un playboy nacional por su estilo de vida dentro del grupo social más alto de su país, también por sus hazañas con mujeres. La fama de conquistador fue una de las que parece haber inspirado a la creación de James Bond.
Se le describe como carismático y caballeroso, pero también cínico y con gran verbo para conquistar mujeres, físicamente era agraciado y nunca tuvo hijos. El “Don Juan” se casó con las actrices Danielle Darrieux, Odile Rodin, Doris Duke y Barbara Hurtton, según el New York Times –estas dos últimas fueron las dos norteamericanas más ricas del planeta en esa época–; aunque también desposó a la hija del dictador Trujillo, Flor de Oro, cuando ésta tenía 17 años.
“Fleming se abstuvo de identificar a Rubirosa como su inspiración como si eso pudiera haber creado una indeseable responsabilidad y hubiese puesto fin a aquella que se convertiría en la más exitosa película de la historia”, aseguró el historiador Voelker.
Cuando Trujillo lo nombró diplomático, le dio un puesto en Berlín, en donde compartió palco con Adolf Hitler en los Juegos Olímpicos de 1936, luego estuvo en París y ganó mucho dinero vendiendo visados dominicanos a los judíos que querían escapar del Holocausto.
El periódico El País lo describe así: “Él siempre le abría la puerta a su pareja, le encendía el cigarrillo, le buscaba una bebida, le piropeaba, le hacía sentirse como una reina. Y siempre iba hecho un pincel. Cultivaba un cuerpo atlético, se hacía la manicura, suavizaba su epidermis con miel y usaba zapatos, camisas y trajes hechos a medida por los mejores sastres de Londres y París”. Una de sus frases más famosas de “Rubi” era: “La mayoría de los hombres quieren ganar dinero, yo prefiero gastarlo”.
Murió el 5 de julio de 1965 tras estrellar su Ferrari contra un árbol, saliendo de una fiesta. Y se especula que la baja moral que manejaba Rubirosa, en suma con su relación cercana con el dictador Trujillo, esa escena con Hitler y otras situaciones más cuestionables de su pasado, evitan que se le reconozca oficialmente como la inspiración del creador de James Bond, aunque sí hay que reconocer que las similitudes son bastas.