“Con este celular, ¿quien necesita una cámara?” o “Trae tu cámara para que me tomes unas fotos”. El mundo se ha partido en quienes ven las cámaras desaparecer poco a poco gracias a los teléfonos móviles o quienes defienden el uso hoy en día de que las fotos son con cámara y hasta usan rollos fotográficos por que “eso si es fotografía”.
La idea de que los celulares han “cualquierizado” esta disciplina no es nueva, el esnobismo nos dice que “cámara es cámara” apoyado por la absurda idea de que si es con el celular “no es fotografía de verdad”, pero ¿Le está haciendo daño el celular a la fotografía?.
En una respuesta corta: No. Pero por el bien de este artículo y mi página en Flow, elaborará un poco en mi punto y como, más que destruir la fotografía, los móviles la están ayudando.
Empecemos por lo básico: fotografía NO es tener una buena cámara. Una cámara es una herramienta y si, hay mejores herramientas que otras, pero reducir la fotografía al uso de un equipo es como reducir pintura al uso de un pincel. Todo el mundo, dentro de su presupuesto, puede comprar una cámara o un pincel, pero es el buen manejo de conceptos, técnica y ejecución lo que separará un artista de un entusiasta.
La pregunta que más recibo es “¿Cuál es la mejor cámara? Y responderé con una frase que vi un día pasando por mi instagram: “La mejor cámara es la que tengas contigo”. Ya sea tomando fotos de paisajes, cumpleaños o simplemente un momento agradable, nuestro teléfono nos acompaña en la documentación de todo lo que hacemos. Nunca le quitaría el valor que pueda tener un buen equipo de Canon o Nikon por mencionar algunas marcas, pero ¿cuál es el objetivo de nuestras fotos? ¿Compartirlas en redes o un cruza calles en la 27? La mejor cámara estará definida por nuestros objetivos y presupuesto, pero algo que están haciendo los teléfonos (y el objetivo de esta opinión) es acercándonos a la fotografía.
Antes, la fotografía era algo distante, para unos cuentas con las posibilidades económicas de comprar un equipo “X”, para luego darnos cuenta que no es la cámara la que hace el trabajo, sino el buen manejo de una serie de conocimientos.
Hoy en día, con nosotros siempre hay un “snap-snap” con el que documentamos hasta la comida del día. Dependiendo de nuestra curiosidad, encontraremos mejores ángulos, entenderemos la luz, veremos los colores y quizás si nos interesa, eventualmente compraremos una cámara, no por que la necesitemos, sino por que ya nos enamoramos de la fotografía y queremos probar nuevos caminos.
Así que cuando veas esas fotos mega espectaculares y te entren las ganas de comprar un equipo, recuerda que más que el equipo, hay un profesional tras un lente que poco a poco ha evolucionado de entusiasta a artista, que si, hay mejores herramientas que otras, pero en resumidas cuentas “No es la flecha, es el indio”.
Escrito por J. Sánchez – MrPichón
@mrpichon