El lenguaje arquitectónico se expresa en distintas formas. Y en el caso de Sandra y Verónica, dos jóvenes profesionales de la arquitectura, la pasión que ambas comparten, se convirtió en el dínamo que las movió a trasformar la simplicidad de una caja de cartón en un llamativo empaque, digno de albergar hasta la joya más cotizada.
Así surge Everybox, con la firme intención de transportar la huella distintiva de cada persona hacia un contenedor, que lejos de ser un elemento más del conjunto, es la antesala del descubrimiento. Es aquello que despierta la curiosidad y deja un grato recuerdo. Por tanto, su aspecto no debe ser menospreciado.
¨La personalización abarca hasta los detalles más inusitados. La naturaleza de cada individuo se vuelve tangible en diversas formas, colores y patrones; y esto, en muchas ocasiones, logra ser su carta de presentación¨, expresa Sandra Camilo, co-fundadora de Everybox, tras afirmar que uno de los ejes fundamentales de este proyecto, es diseñar empaques que funjan como una alternativa única y creativa a las típicas cajas de cartón que se encuentran en el mercado.
A través de esta iniciativa, se satisfacen diversas necesidades. Las opciones no tienen límites. Los empaques parten desde aquellos diseñados exclusivamente para obsequios, hasta esos que sirven para productos comerciales y eventos corporativos. Todo con un sello peculiar y a la medida de los gustos y preferencias de cada persona.
A esto se suma un servicio que destaca por su calidad, permitiendo al cliente expresarse a través de diversas opciones, ya sea en grandes o pequeñas cantidades.
Everybox es la chispa de nuestra pasión, esa que encendemos a diario para quienes buscan generar un impacto positivo, partiendo de una premisa: primero la caja, después, lo que se esconde dentro de ella, aporta Verónica Ricardo.
Con una estética impoluta y creatividad sin límites, Everybox alberga una caja para cada ocasión especial.