La noticia, como era de esperarse, cuenta con dos historias, una es la que da Johnny Deep, la otra la cuentan sus antiguos representantes.
Todos sabemos que a la hora de gastos exhorbitantes e innecesarios, Deep ha sido un fiel representante, desde comprar un yate de más de 16 millones de dólares, un castillo francés, decenas de propiedades, obras de arte, etc. etc.
Esto no debería representar tan delicado problema, ya que el actor recibe 20 millones de dólares por película y hasta 16 millones por un comercial. Pero si lo ha sido.
Por su parte, la empresa The Management Group, quienes por más de 17 años le representaban, dice que hicieron todo lo posible por defender al actor hasta de si mismo, por lo que contra demandaron a Deep, quién junto a sus nuevos representantes solicitaban el pago de 23 millones de euros por el mal manejo de sus finanzas, dentro de lo que incluían el pago atrasado de impuestos, pagos a empleados sin su conocimiento, desembolsos de dinero hasta por 10 millones a personas cercanas a Deep sin su previa autorización, entre otros.
La verdad es que el caso se ha tornado bastante complejo, y definir quién o quiénes han sido los responsables, solo será una labor de la justicia. Lo que si queda claro, es que no importa de quién haya sido la culpa, si al final esto no sirve como una enseñanza a la hora de gastar tan desmedidamente.