Una hora y 40 minutos bastaron para que los hermanos españoles que integran Los Vivancos mostraran por primera vez su destreza en el zapateo, el baile y la música al público dominicano en dos funciones realizadas en el teatro La Fiesta del hotel Jaragua y en el Centro Español de Santiago, el viernes y sábado respectivamente, en una producción de Lab Events.

Vistiendo de blanco llegaron Elías, Judah, Josua, Cristo, Israel, Aarón y Josué iniciando una presentación que de inmediato puso de manifiesto la sorprendente sincronización del grupo en cada uno sus movimientos.

A medida que avanzaba el primer acto del montaje escénico que lleva por nombre “Aeternum”, subía la intensidad de sus pasos al ritmo de tango y flamenco acompañados de sutiles movimientos de manos para dar paso a los diferentes números que mostraban una lucha constante entre el bien, el mal y lo sobrenatural.

Con un excelente dominio de la técnica, una agilidad impresionante y una fuerza y rapidez inigualable, Los Vivancos se turnaban en el escenario para mostrar sus dotes particulares. Elías con su violoncelo eléctrico, Judah en el chelo de cinco cuerdas, Josua hizo maravillas con su cajón flamenco no solo tocando, si no también zapateando sobre él, Israel con su flauta travesera, mientras que Aaron demostró como ganó el Premio al mejor bailarín en la especialidad de danza española en Ciudad de Ribarroja del Turia en el 2001.

Los magníficos vestuarios y las acopladas coreografías de Los Vivancos mezclaron en su espectáculo música, fusiones, baile, artes escénicas y sensualidad mostrando una complicidad que va más allá de la hermandad.

Capas, zapateo, tambores, castañuelas, luces, sombreros y saltos dieron vida a cada número que sin pausa interpretaron. Los siete hermanos volvieron a reunirse para revelar un acto de artes marciales que enloqueció a la audiencia debido a que, finalizado este, se vendaron los ojos y recorrieron el escenario de forma rítmica, armoniosa y sincronizada a ritmo de flamenco para luego perderse en saludos entre el público.
Sin duda alguna, Los Vivancos dejaron lo mejor para el final. Luego de mezclar en su banda sonora flamenco, ballet, danza contemporánea, folklore, artes marciales, acrobacias, magia, circo, tap dance, grabada por la Orquesta Sinfónica de Budapest dirigida por el también español Fernando Velázquez, se posaron en dos estructuras de metal y zapatearon tres encima y cuatro colgando zapateando en el techo lo que arrancó la euforia de los presentes.

Los hermanos Vivancos se unieron como agrupación en el 2007 y recorrieron diferentes países con el montaje 7Hermanos. Nacidos para Bailar es el próximo espectáculo que realizara el cual han definido como  la unión de lo sacro y lo profano.

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