Los sentimientos intensos nos encierran en una caja de vidrio, y allí no escuchamos lo que el otro dice.  Quien pregunta debe hacer una pausa y escuchar en silencio para que el otro piense y luego hable.
En 2012 Bernard y Catherine Faidix, residentes de la ciudad de Aix en Provenza, Francia, se reunieron con un mediador experto en relaciones de pareja a fin de resolver sus problemas de comunicación. “Yo me quejaba de que mi esposo no me escuchaba, y él, de que yo me ponía agresiva”, cuenta Catherine, de 58 años. “Pensé que lo mejor que podíamos hacer era recurrir a un tercero que nos escuchara y ayudara”.
En las sesiones aprendieron a reaccionar con más calma, a escuchar con más atención y a entenderse mejor, y les sirvió para trabajar la comunicación con y sin el mediador. “Yo tenía más paciencia porque había otra persona, y mi esposo se sentía más confiado para abrirse y dejar hablar a su corazón”, refiere ella. “Es un proceso largo: requiere mucha práctica, apertura y deseo de mejorar las cosas. Pero todo puede mejorar, aun si uno lleva 40 años de matrimonio”. Cuando tienes algo que decir, esperas que tu pareja escuche cada palabra, pero es posible que a menudo te sientas desconectado, en especial si ya llevan décadas de intercambios mundanos.
Y por más que quieras creer que eres el oyente ideal, lo más probable es que tengas la mitad de la culpa por descuidar a tu pareja. “Creo que hay una gran necesidad de ser escuchado”, dice Helen Ralston, directora del comité de negocios de la Asociación Internacional de Técnicas de Escucha, quien realiza investigaciones cerca de Oxford, Inglaterra. “Contamos con el equipo para ello; casi todos tenemos dos oídos, una mente y un corazón. Y la urgencia de ser escuchado indica que pocas parejas se escuchan. En vez de escuchar, ansiamos que nos toque el turno para expresar nuestra opinión”. La persona media pasa entre el 45 y el 70 por ciento del día escuchando a otros, pero en cada periodo de 24 horas dedica muy poco tiempo a escuchar a su cónyuge. La mayoría de las parejas conversan realmente nueve minutos al día, en promedio. Si estás muy distraído, podrías no percibir las señales sutiles de cómo se siente tu pareja, y eso podría distanciarlos. Tristemente, muchos de nosotros desaprovechamos esas oportunidades de conexión con el otro.
“A diferencia de la lectura, por lo común no se nos enseñan habilidades para escuchar, aunque es el tipo de comunicación que usamos más a menudo”, dice Kent Adelmann, profesor e investigador de la Universidad de Malmö, Suecia.
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